Las
evaluaciones se aplican
al ingreso de cualquier niño y posteriormente en un periodo aproximado de un
año y medio y a través del inventario de habilidades básicas, un modelo
diagnóstico prescriptivo para el manejo de problemas asociados al retardo del
desarrollo, de Silvia Macotela y Martha Romay. El inventario evalúa un total de
726 habilidades ubicadas en cuatro áreas del desarrollo infantil las cuales a
su vez se dividen en subáreas.
Las evaluaciones se realizan mediante
terapias individualizadas para tener un mejor control de los
resultados, únicamente cuando se requieren se evalúa en grupo (por ejemplo,
socialización). Con base a los resultados se procede a graficarlos datos
obtenidos en los perfiles de las áreas y subáreas correspondientes, las cuales
sirven como medios de representación visual integrada que permite señalar áreas
y subáreas para diseñar y planear los programas a seguir tratando de cuidar
siempre la individualización de cada programa.